Esta aplicación, desarrollada por el joven coreano Nguyen Ha Dong, se había convertido en la última sensación en las tiendas de aplicaciones móviles. En sólo unos días, había conseguido convertirse en uno de los juegos más populares tanto para iPhone como Android. De hecho, en la tienda de Apple copó el número 1 de descargas en más de 100 países durante varios días, y en Google Play fue descargado más de 50 millones de veces.
Sin embargo, en pleno boom de Flappy Bird, cuando estaba ingresando más de 30.000 euros al día en concepto de publicidad mientras los usuarios se instalaban en masa el juego en sus teléfonos móviles, su creador, decide retirarlo para siempre.
Algo en la historia parece que no cuadra. Dong había recibido suculentas ofertas de casas desarrolladoras de juegos para móviles para que les vendiera su franquicia, que había rechazado, e incluso había llegado a anunciar que estaba preparando una segunda parte de Flappy Bird…. Y de repente, lo elimina de todas las tiendas de aplicaciones y sólo aquellos que lo tuvieran ya descargado en su teléfono pueden jugar a él.
Dong asegura que el éxito se le ha ido de las manos y que el juego, que él mismo desarrolló durante una noche y que por su simplismo pero también por su dificultad, mantiene enganchados a millones de usuarios en todo el mundo, “ha acabado con la tranquilidad de su vida”.
Pocos son los que se creen la historia, y se piensa que puede haber una intención oculta. Quizá una campaña de marketing, o una estrategia para generar expectación ante un posible nuevo lanzamiento o incluso ante el fichaje de Dong por una gran firma de videojuegos.
Sea como sea, desde el pasado lunes el juego no se puede descargar más. Ha habido incluso quien ha culpado a Nintendo de ser la responsable de la retirada de Flappy Bird, título que, como había reconocido Dong, se inspiraba ligeramente en algunos personajes y escenarios del mítico Super Mario Bros. Sin embargo, la japonesa ha negado cualquier tipo de presión.
Pero el culebrón Flappy Bird ha provocado una especie de euforia en Internet por la que muchos se han prestado a pagar importantes cantidades de dinero sólo por hacerse con un teléfono con el juego instalado. La casa de subastas entre particulares eBay ha tenido que prohibir las ventas de dispositivos con la aplicación instalada, por las que se habían llegado a pedir durante los primeros días hasta 99.000 euros.
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Flappy Bird imitaba la estética de algunos escenarios del mítico Super Mario Bros
De momento, no se sabe en qué acabará el culebrón Flappy Bird, si habrá una segunda entrega o si se producirá algún anuncio sorprendente durante los próximos días. Mientras tanto, han proliferado muchas imitaciones del juego que intentan satisfacer la curiosidad de quienes no consiguieron descargarlo a tiempo, aunque hay que tener mucho cuidado con ellas.
De hecho, los ciberdelincuentes han aprovechado el revuelo creado para sacar partido de la situación, y pululan algunas imitaciones de este juego –sobre todo para sistema operativo Android- que lo que hacen es instalar malware en el teléfono o incluso que solicitan datos personales al usuario. Para evitar caer en manos de los hackers, se recomienda mucha precaución a la hora de descargar aplicaciones similares a Flappy Bird y hacerlo siempre si se tiene confianza en la compañía desarrolladora, así como buscar comentarios de otros usuarios que pudieran alertar de la amenaza.
Mientras tanto, los otros dos juegos que tiene Nguyen Ha Dong tanto en la Apple Store como en Google Play, similares a Flappy Bird, triunfan en cuanto a descargas y a se sitúan en los primeros puestos de las listas de juegos más populares. Uno de ellos es Shuriken Block, igual de simple y adictivo, mientras que el otro, Super Ball Juggling, le supera en cuanto a jugabilidad, pero también en dificultad.