Un chico que estaba enamorado de la hija de un hombre rico, a la que un buen día decidió pedirle matrimonio.
Sin embargo, ella lo rechazó fríamente: “lo que ganas al mes es lo que yo gasto en un día.
¿Cómo esperas que me case con alguien como tú? Olvídate de mí y encuentra a alguien de tu misma clase”.
No obstante, y pesar de ser rechazado de esta forma, el chico por alguna razón nunca la olvidó. Diez años después, el destino quiso que se encontrasen en un centro comercial.
Ella inmediatamente le reconoció. Se acercó a él y, sin mediar palabra le dijo: “Me casé con un hombre muy inteligente, cuyo salario es de 15.700 dólares al mes. ¿Podrías haber superado eso?”. El chico -ahora convertido en un hombre- oyó la despectiva pregunta de aquella mujer a la solía amar, sin poder hacer otra cosa que retener sus lágrimas y guardar silencio.
Poco después, el esposo de la mujer se acercó a donde estaban ellos y antes de que ella le presentara o pudiera articular palabra alguna, su marido reconoció al momento al hombre que estaba con su esposa y le dijo: “¿Señor? ¡Buenas tardes, señor! Veo que ya conoce usted a mi esposa”.
El hombre, de manera educada, le contestó: “Buenas tardes, señor…”. “Soy Carter, señor”, respondió el esposo.
El marido miró a su esposa y le dijo: “Querida, quiero presentarte a mi jefe. Es el responsable del proyecto de los 100 millones de dólares en el que he estado trabajando”. La mujer se quedó sorprendida y en shock por el giro de los acontecimientos.
El hombre sonrió y dijo: “Bueno, Sr. Carter, me tengo que ir. Tengo muchas cosas importantes que atender. Fue espléndido verlo hoy. Que tenga un excelente día”.
Se despidieron y cada uno tomó su camino.
Después de salir de su shock inicial, la mujer le preguntó a su esposo, con un tanto incredulidad: “¿Ese era tu jefe?”. “Sí, cariño. Es bastante humilde, su vida fue muy triste. Dicen que una vez amó a una mujer y le pidió matrimonio, pero que ella lo rechazó porque, por aquellos entonces, no tenía dinero. Por eso, él trabajó muy duro para convertirse en alguien tan exitoso. A pesar de que ahora es multimillonario y gana millones de dólares al mes, muchos comentan en el trabajo que no ha podido superar el rechazo de aquella mujer. Por eso sigue soltero. ¿Te imaginas lo que pensaría aquella chica si lo viera ahora? ¡Qué suerte habría tenido!
La mujer no pudo articular una sola palabra.
Moraleja