El impactante caso de Beth, la niña psicópata



La pequeña tenía totalmente atemorizados a sus padres y familiares.



    ​El impactante caso de Beth, la niña psicópata




Muchos ya conocerán el caso de Beth Thomas, una intrigante historia que está impactando fuertemente en las redes sociales y que no ha dejado indiferente a nadie. Tanto para los que no hayan oído hablar aún de esta niña como los que sí, recomendamos seguir leyendo este artículo.

Beth Thomas: la historia de la niña psicópata 

Esta historia trata de una niña que perdió a su madre cuando solo contaba un año de edad. Ella y su hermano se quedaron bajo la tutela de su padre biológico, el cual abusó sexualmente de los dos infantes hasta que fueron acogidos por una asistente social seis meses después.
Por suerte para Beth y para su hermano pequeño Jonathan, ambos fueron adoptados por una pareja cristiana llena de ilusión por ser padres pero que no podían concebir. Todo parecía ir bien hasta que Beth empezó a manifestar que tenía pesadillas muy extrañas, y estos se dieron cuenta de que algo no marchaba bien.

Pesadillas, un preludio de la conducta antisocial de la pequeña Beth

Las pesadillas de la pequeña trataban sobre un hombre que se “caía encima suyo y la hería con una parte de él”. En adición, Beth manifestaba conductas violentas hacia su hermano, sus padres y animales (a los cuales llegó a matar). Además de ira, también encontraron en Beth conductas sexuales inadecuadas: la niña se masturbaba públicamente y de manera excesiva, llegando a producirse sangrado.
Estos hechos hacen considerar a los padres llevar a la niña a un psicólogo, y es aquí dónde comienza el famoso vídeo: con una entrevista a Beth realizada por Dr. Ken Magid, un psicólogo clínico especialista en el tratamiento de niños severamente abusados.


Los escalofriantes diálogos entre Beth y su psicólogo

Esta es una pequeña transcripción del inicio de la entrevista:
-“Dr. Ken: ¿Las personas te temen Beth?
-Beth: Sí.
-Dr. Ken: ¿Tus padres tienen miedo de ti?
-Beth: Sí.
-Dr. Ken: ¿Qué harías con ellos?
-Beth: Apuñalarlos.
-Dr. Ken: ¿Qué harías con tu hermano?
-Beth: Matarlo.
-Dr. Ken: ¿En quién te gustaría meter alfileres?
-Beth: En mamá y papá.
-Dr. Ken: ¿Qué te gustaría que sucediera con ellos?
-Beth: Que murieran.”

La pequeña admite haber maltratado físicamente a su hermano

Beth admite con total frialdad durante toda la entrevista haber maltratado a su hermanodesde siempre, dándole cabezazos contra el suelo, clavándole alfileres en todo el cuerpo y en sus partes intimas, estirando y pateando sus genitales… incluso llega a explicar que una vez lo intentó matar, y solamente paró ya que sus padres la descubrieron. Admitió también que también ha querido matar a sus padres en varias ocasiones y que maltrataba a sus mascotas. No contenta solo con eso, llegó a matar a varios animales que merodeaban por el patio de su casa.
Ante todos estos hechos, Beth reconoce no sentir ningún tipo de remordimiento ni culpa, su tono de voz ante todas sus declaraciones es frio y calmado, como si estuviese explicando cualquier anécdota normal. Ella explica que quiere hacer sentir todo lo que ella sintió en el pasado con los abusos de su padre. Asimismo, ante todas las preguntas del doctor referidas a si ella sabe que estos actos producirían sufrimiento en la otra persona, admite con serenidad que sí, que es eso precisamente lo que ella desea.

Internamiento en un centro especial y tratamiento psicológico

Después de una larga entrevista, el psicólogo obtiene la información suficiente como para llevarle a decidir internar a la niña en un centro de tratamiento de niños con distintos trastornos de comportamiento. Beth fue diagnosticada con un grave trastorno del apego, el cual se caracteriza por el desarrollo de la incapacidad de establecer relaciones sanas y adecuadas, debido en este caso por la historia de abuso sexual y maltrato por parte de su padre. 
Dicho trastorno necesita recibir atención psicológica urgente, pues sino podría convertirse en un peligro para ella misma y para los que le rodean debido a la completa falta de empatía, equiparable a trastornos como la sociopatía o la psicopatía. El motivo por el cual no fue diagnosticada como psicópata en ese momento es porque en la época del caso de Beth, aun no se conocía la existencia del trastorno disocial de la personalidad (trastorno antisocial de la personalidad antes de los 18 años), sobre el cual todavía perdura un extenso debate entre los académicos de la salud mental.

Tratamiento psicológico para controlar sus impulsos antisociales

El tratamiento que le impusieron a Beth fue muy estricto y ordenado. Especialmente diseñado para niños como ella, a los cuales les es muy complicado respetar reglas impuestas. Durante la noche, y para impedir que lastimase a otros niños, era encerrada en una habitación. Asimismo, debía pedir permiso para todo, desde ir al baño hasta incluso para beber agua.
Con el paso del tiempo las restricciones fueron siendo menos estrictas y Beth fue mejorando progresivamente.


Beth pudo recuperarse totalmente y hoy en día es una persona sana 

Al final del video vemos el gran avance del tratamiento al cabo de los años, donde podemos ver a Beth claramente arrepentida de todos sus actos. Actualmente Beth lleva una vida normal y trabaja como enfermera, donde incluso fue galardonada con el premio Nurseweek Excellence Award.
Este caso nos hace llegar a las conclusiones siguientes: la importancia de una buena crianza, especialmente en los periodos críticos del niño y de la efectividad (al menos en este caso) de la terapia psicológica

¿Cuáles fueron las claves psicoterapéuticas de su recuperación?

Esta total recuperación psicológica de la pequeña Beth pudo lograrse haciendo tomar conciencia a Beth sobre sus actos, aumentando su autoestima, además de cimentar los hábitos y conductas sociales funcionales, por ejemplo consiguiendo que fuera capaz de aceptar ciertas normas y poder gestionar, canalizar y entender el motivo de su ira.
Os recomendamos ver el documental del caso de Beth entero, llevado a cabo por la cadena HBO en 1992. ¡Es realmente interesante!