En el Hospital de Maternidad de Lima, Hilda Trujillo dio a luz a una hija que pesa un poco más de seis libras. La madre no tomó ninguna anestesia, y la labor de cinco horas fue completamente normal; así que era niño, excepto que era tal vez un mes prematuro. No es lo normal: la edad de la madre. Ella misma era un niño de cinco años, siete meses y 28 días. Aún juega con sus muñecas.
La madre de Hilda, un sirviente, observó algo extraño en la niña en julio, dijo a su señora, que tomó Hilda al médico. Asombrado, informó que Hilda estaba embarazada de cinco meses. Lágrimas en los ojos, la madre gritó: “Se hará la voluntad de Dios.” El padre de Hilda, sin embargo, se precipitó a la policía, y se detuvo a un primo huérfano de 22 años que vivía con los Trujillo en su choza de una habitación, lo acusó de violación.
En noviembre de Hilda entró en el Hospital de Maternidad como el paciente de Obstetra Rolando Colareta, se sometió a un examen por un equipo de 16 obstetras, especialistas de la glándula, radiólogos, psiquiatras y médicos generales. Informaron que ella sea lo normal, sólo un poco más viejo de aspecto que otras chicas de su edad.
Explicación Colareta: “La violación de menores es nada tan inusual aquí o en otro sitio, pero por supuesto violación no significa el embarazo en niños tan jóvenes, excepto en casos excepcionales.”. En 30 años como un obstetra que había visto cuatro de estos casos en niñas menores de once años; Hilda Trujillo fue sólo el más joven. Dieciocho años antes de que él ayudó en el caso de los más jóvenes: Lina Medina, embarazada a la edad de cinco años, ocho meses; madre, por cesárea, de un niño normal a la edad de seis años, cinco meses.
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